O que é este blog?

Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida;

Meu Twitter: https://twitter.com/PauloAlmeida53

Facebook: https://www.facebook.com/paulobooks

Mostrando postagens com marcador Argentina. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Argentina. Mostrar todas as postagens

sábado, 30 de março de 2024

Sobre la dolarización y los economistas - Emilio Ocampo (El Cato)

Um importante artigo para colocar em boas bases o debate sobre dolarização ou não dolarização, em bases nacionais, ou desdolarização no plano dos intercâmbios, como pretendem alguns partidários de uma "nova ordem global". Aplicado especialmente ao caso da Argentina, onde o autor a defende com argumentos consistentes. 

Sobre la dolarización y los economistas

Emilio Ocampo dice que la dolarización no ha sido descalificada por una mayoría de los economistas, de hecho hay una larga tradición del pensamiento económico que se ha opuesto al nacionalismo monetario.

El CATO, 25 de Marzo de 2024 

https://www.elcato.org/sobre-la-dolarizacion-y-los-economistas?mc_cid=f1760a8ffa&mc_eid=19e757ffce 

"Sin embargo, la mayoría de las naciones civilizadas siguen siendo tan bárbaras en sus transacciones que casi todos los países independientes optan por afirmar su nacionalidad teniendo, para su inconveniencia y la de sus vecinos, una moneda propia".
– John Stuart Mill

Leyendo lo que escriben algunos economistas argentinos y repiten ciertos medios, un lector desprevenido podría llevarse la impresión de que la dolarización ha sido descalificada por una mayoría de la profesión.

Nada más lejos de la verdad. Se puede estar a favor o en contra de la dolarización. Como en muchos otras cuestiones, hay economistas respetables y distinguidos en ambos lados del debate.

Una larga tradición en el pensamiento económico que se remonta a John Stuart MillJuan Bautista Alberdi y William Stanley Jevons en el siglo XIX y a Friedrich A. Hayek en el siglo XX ha cuestionado el nacionalismo monetario. A principios de los años setenta, dos premios Nobel, Milton Friedman Robert Mundell, enarbolaron la bandera de la dolarización. En 1973 Friedman la recomendó específicamente para la Argentina en un testimonio al Congreso norteamericano, y, Mundell, a quien se considera el padre intelectual del euro, asesoró al gobierno de Panamá luego de que Nixon declarara la inconvertibilidad del dólar a oro. Desde entonces la lista de académicos reconocidos que la han propuesto para países con inflación alta y endémica incluye a Alberto AlesinaRobert BarroGuillermo CalvoJohn CochraneTyler CowenRudiger DornbuschSteve HankeSteven KaminDavid MalpassCarmen ReinhartKurt SchulerGeorge SelginLarry SummersScott SumnerFrançois VeldeMarcelo Veracierto, y Larry White, entre otros

Habría que agregar que los economistas Alfredo ArízagaCarlos Julio Emanuel Manuel Hinds, que como ministros de economía llevaron adelante la dolarización en sus países (los dos primeros en Ecuador y el último en El Salvador), también la recomiendan para la Argentina. Los economistas ecuatorianos Alberto AcostaAlberto DahikMarco Naranjo ChiribogaPablo Lucio Paredes y Francisco Zalles en el último año han opinado públicamente de la misma manera (muchos otros lo han hecho en privado).

En la Argentina, la lista de economistas que en algún momento en las últimas cuatro décadas han propuesto la dolarización como solución al problema de la inflación incluye a Ricardo ArriazuJorge ÁvilaEnrique Blasco GarmaAlberto Benegas Lynch (h)Roberto CachanoskyNicolás Cachanosky, Iván CarrinoGerardo Della PaoleraAlejandro M. EstradaAgustín Etchebarne BullrichPablo GuidottiJavier MileiAgustín MonteverdePedro PouAdrián RavierAlfredo Romano y Gabriel Rubinstein, entre otros (aclaro que hoy no todos están a favor de una dolarización).

En algunos casos, la oposición de algunos economistas argentinos a la dolarización excede un análisis racional y pasa a un plano casi emocional. Con notables y loables excepciones, la chicana y la tergiversación priman sobre el análisis objetivo y racional.

En el plano teórico el debate sobre la dolarización se puede resumir como un trade-off entre los costos y beneficios de la credibilidad versus la flexibilidad de la política económica. Por el lado de los costos, la dolarización implica la pérdida de: 1) ingresos por señoreaje; 2) un banco central que pueda actuar de prestamista de último instancia, y, 3) la política cambiaria como amortiguadora de shocks externos. Los beneficios incluyen: 1) una tasa de inflación baja de manera permanente, 2) menores costos de transacción; 3) eliminación del riesgo de devaluación, que reduce las tasas de interés internas y el costo de capital de las empresas; 4) una prima de riesgo país potencialmente más baja, 5) un entorno más favorable para la inversión y el crecimiento gracias a la estabilidad de precios, 6) eliminación del descalce cambiario en el sector público y el sistema financiero, y 6) menor riesgo de refinanciación (roll-over) de la deuda pública

De manera simplificada, si los gobernantes de un país demuestran de manera consistente a lo largo del tiempo que con un régimen de política flexible y discrecional no logran generar credibilidad, y, por ende, tampoco estabilidad, entonces, para alcanzar este último objetivo no queda otro camino que la dolarización. La flexibilidad es un lujo que sólo se pueden dar los países creíbles. Es decir, aquellos que consistentemente han adoptado políticas sensatas. Teniendo en cuenta que: a) con estabilidad de precios el señoreaje a lo sumo puede representar 1-1,5% del PBI y hay manera de recuperarlo parcialmente, b) hace años que no tenemos ni un banco central independiente ni un verdadero prestamista de última instancia, c) la política cambiaria en vez de estabilizar la economía tiende a desestabilizarla, y d) el costo del endeudamiento del sector público a largo plazo es prohibitivo, una dolarización no parece una opción costosa. 

Hay quienes se oponen a la dolarización porque la asocian con la Convertibilidad, cuyo final traumático quedó grabado en la memoria colectiva de los argentinos. Se trata de regímenes parecidos pero esencialmente distintos. A Duhalde y Alfonsín les costó muy poco revertir la Convertibilidad, mientras que Rafael Correa, habiendo sufrido la crisis de 2008, un default soberano y un terremoto, nunca pudo revertir la dolarización porque el dólar era más popular que él. La inconsistencia de la política fiscal con un régimen de tipo de cambio fijo no explica por si sola el fin de la Convertibilidad. Fue una combinación de factores, en los que la política doméstica jugó un papel decisivo. Además, hay que recalcar que la Convertibilidad empezó en un momento en el que el dólar tocaba su punto más bajo en quince años mientras que hoy está en el punto más alto de los últimos cincuenta (y casi 40% por encima del valor que tenía en marzo de 1991).

Un análisis crítico de la historia argentina sugiere que apoyar un régimen flexible y discrecional requiere grandes dosis de optimismo (¿voluntarismo?). Básicamente, implica creer que esta vez será diferente.

¿Qué puede justificar semejante creencia?

  • La ilusión de qué, aunque la Argentina no es un “país normal”, puede fácil y rápidamente convertirse en un país normal. ¿Por qué no podemos tener el mismo régimen bi-monetario con el que Perú y Uruguay lograron doblegar la inflación? Descartar la respuesta obvia a esta pregunta denota una peligrosa ingenuidad. Estos países no están donde están, ni tienen la inflación que tienen por casualidad, sino porque, a lo largo de varias décadas, sus gobernantes tomaron decisiones que nuestro sistema político no estuvo, ni hoy demuestra estar, dispuesto a tomar. Si mi perro tuviera un manubrio y dos ruedas no sería mi perro, sino mi bicicleta.
  • La soberbia de algunos economistas que creen que si ellos estuvieran a cargo de la política económica podrían lograr lo que no han logrado otros economistas tanto o más calificados y/o experimentados que ellos en el pasado. La Argentina ha demostrado que se come crudos a los golden boys con PhDs de la Ivy League. Sin embargo, algunos académicos encerrados en la torre de marfil juegan con modelos matemáticos en los que las medidas que proponen siempre obtienen los resultados esperados. Como advirtió Ricardo Caballero hace algunos años, es peligroso para un economista dejarse hipnotizar por la lógica de los modelos y confundir la precisión con la que obtienen resultados en un mundo ideal con la que se puede esperar en el mundo real. Esta confusión es lo que Hayek denominó “la pretensión del conocimiento”, que termina resultando carísima a la sociedad.
  • La ilusión de qué bajo un régimen flexible y discrecional, futuros gobiernos emplearán las herramientas de política cambiaria, monetaria y fiscal de acuerdo a lo que prescriben los libros de texto a pesar de que nunca lo han hecho.
  • La ilusión de que lo único que se necesita para eliminar la inflación es un banco central independiente. Esta es probablemente una de las ideas más perniciosas que circulan en nuestro medio (en este artículo explico por qué). En lo que va del siglo, la independencia de jure del BCRA supera a la del Bank of England y, hasta 2011, también superó a la de la Reserva Federal, sin embargo, resulta obvio que, de facto, la poca independencia que tuvo bajo la Convertibilidad desapareció por completo. Por ley tenemos un banco central relativamente independiente, pero en la práctica es una dependencia del Ministerio de Economía con funcionarios mejor pagos. Esta divergencia es una clara señal de anomia institucional. 
  • La ilusión de que lo único que se necesita para eliminar la inflación es eliminar el déficit fiscal. Ya tuvimos la fallida experiencia del “Plan Picapiedras” bajo el gobierno de Mauricio Macri que se asentaba sobre dos pilares: emisión cero y déficit cero. Entre el primer semestre de 2018 y el primer semestre de 2019 el equilibrio primario pasó de un déficit a un superávit con una reducción del gasto de casi 13% en términos reales, mientras que la base monetaria pasó de crecer al 24% anual a crecer al 35% anual. Sin embargo, la tasa de inflación anual promedio saltó de 26% a 54% entre ambos semestres. En vez de asegurar la reelección de Macri este plan contribuyó a su derrota. Como explica Persio Arida, uno de los autores del Plan Real brasileño, “los planes de estabilización no suelen ir acompañados de un déficit cero. Por el contrario, el plan de estabilización es el que genera el apoyo político para estabilizar el déficit”. No sólo la experiencia de Brasil con el Plan Real sino también la de la Argentina bajo la Convertibilidad prueban la verdad de esta afirmación. Es increíble la facilidad con la que volvemos (¿vuelven?) a cometer los mismos errores.
  • La ilusión de que los gobiernos malos en la Argentina son cosa del pasado. El remedio que proponen algunos economistas para eliminar la inflación sólo funcionaría con “gobiernos buenos”. Pero nuestra historia sugiere que la probabilidad de que en el futuro volvamos a tener “gobiernos malos” es muy alta. Si dejamos en manos de estos gobiernos un banco central que pueda emitir pesos para financiar su corrupción, su nepotismo y su clientelismo, volveremos a tener una inflación descontrolada.
  • Una pereza intelectual y cierto esnobismo lleva a algunos colegas a ignorar la experiencia de otras economías dolarizadas como Ecuador, El Salvador y Panamá porque, supuestamente, no son comparables a la economía argentina, ya sea por su tamaño, grado de desarrollo y/o patrón de comercio internacional. Otros creen que ya saben todo sobre la dolarización cuando, en realidad, nunca dedicaron suficiente tiempo a estudiar el tema con profundidad.

A todo esto habría que agregar algo obvio que enturbia el debate: el propio interés profesional. La máxima aspiración profesional de algunos colegas es dirigir (u ocupar un cargo en) el BCRA, que bajo una dolarización debería dejar de existir. Otros, especialmente aquellos dedicados al análisis de coyuntura, son socios del statu quo. Naturalmente se oponen cualquier cambio que pueda hacer peligrar su posición. Los bancos argentinos, que básicamente lucran a costa del BCRA, también se perjudicarían en el muy corto plazo si se avanzara con una dolarización, por lo cual es esperable que sus asesores también se opongan.

Sin embargo, sólo una mirada miope puede llevar a un banquero competente y serio a creer que una dolarización sería perjudicial para sus intereses. Ecuador tiene un PBI equivalente a 20% del de la Argentina, sin embargo, su banco privado más grande, el Banco Pichincha, tiene un balance y una rentabilidad superior a las del Banco de Galicia o el Banco Macro. Resulta obvio que, si el objetivo de un banquero es intermediar de manera eficiente el ahorro y la inversión de la sociedad, la dolarización sería beneficiosa para su rentabilidad a mediano y largo plazo. También sería beneficiosa para la mayoría de los argentinos, ya que por primera vez en su vida podrían acceder al crédito hipotecario a largo plazo a tasas de interés razonables. Hoy en Ecuador se consiguen préstamos para comprar una vivienda con hasta 20 años de plazo al 9% anual en bancos privados y a 25 años de plazo en los bancos públicos.

De ninguna manera pongo a toda la profesión en la misma bolsa pero sí a los 200 colegas que firmaron una solicitada en contra de la dolarización y que nunca en su vida se les ocurrió firmar una solicitada en contra de la inflación descontrolada, el impuesto más regresivo que existe.

No hay que cancelar el debate sino promoverlo. Es la mejor manera de acercarnos a la verdad. Nosotros nunca hemos reuído el debate y lo hemos aceptado en varias ocasiones con economistas serios y profesionales (ver por ejemplo aquíaquí y aquí). Nadie nace dolarizador. Algunos nos convencemos estudiando la historia argentina y estudiando lo que ha ocurrido en otros países. Quizás algunos consideren que nuestra postura es demasiado pesimista. Yo la considero realista, pero obviamente es una cuestión subjetiva.

En cierto sentido, se puede decir con respecto a la dolarización lo mismo que decía Cavallo con respecto a la Convertibilidad: “el escepticismo de los economistas profesionales argentinos, con algunas excepciones como Ricardo Arriazu, Alejandro Estrada y Adolfo Sturzenegger, en el momento de lanzarse el plan, reflejaba a su vez el pensamiento más frecuente de los especialistas en macroeconomía de las principales universidades del mundo”. 

Hay una diferencia importante. En 1991 el régimen de convertibilidad era desconocido en el mundo. Sólo había sido aplicado en Hong Kong y pocos economistas comprendían como funcionaba. Desde entonces, la dolarización no sólo ha sido estudiada con gran detenimiento sino también implementada en varios países. Y como señalé algunos párrafos más arriba una lista de economistas notables la consideran la herramienta más adecuada para países con alta inflación endémica. No hay excusas.

Me sorprende que Cavallo se siga oponiendo a la dolarización, y, a pesar de la experiencia de los últimos 25 años, siga abrigando esperanzas de que el peso pueda ser una moneda fuerte y estable. Esto solo ocurrió cuando fue plenamente convertible y estuvo respaldado por el oro o el dólar con la Convertibilidad (que terminó muy mal). Durante el resto de la larga historia del papel moneda en nuestro país, que se remonta a 1822, el peso fue una moneda basura, impuesta compulsivamente por el curso forzoso y abusada recurrentemente por el poder político, democrático o autocrático, para financiar su estrafalaria afición al gasto.

En una democracia anómica como la argentina, el único mecanismo de compromiso efectivo para reducir la inconsistencia temporal de la política económica es el voto de una mayoría, no lo que establezca la Constitución o una ley del Congreso siempre reversible. La dolarización es un mecanismo de compromiso efectivo porque una vez que los votantes cobran sus salarios en dólares se resisten a que se los vuelvan a pagar en una moneda depreciada. Basta ver lo que ocurrió en Ecuador bajo la presidencia de Rafael Correa.

Este artículo fue publicado originalmente en el Substack Dolarización en Argentina (Argentina) el 12 de marzo de 2024.

Emilio Ocampo

Emilio Ocampo es profesor de Finanzas e Historia Económica en UCEMA (Buenos Aires), donde también dirige el Centro de Estudios de Historia Económica.

domingo, 4 de fevereiro de 2024

A Libertarian President! (em intenção talvez…) - John Stossel (Taki's Magazine)

 

February 02, 2024

Javier Milei

Javier Milei

Source: Wikipedia Commons

Argentina actually elected a libertarian president.

Javier Milei campaigned with a chainsaw, promising to cut the size of government.

Argentina’s leftists had so clogged the country’s economic arteries with regulations that what once was one of the world’s richest countries is now one of the poorest.

Inflation is more than 200%.

People save their whole lives — and then find their savings worth nearly nothing.

They got so fed up they did something never done before in modern history: they elected a full-throated libertarian.

Milei understands that government can’t create wealth.

“Milei understands that government can’t create wealth.”

He surprised diplomats at the World Economic Forum this month by saying, “The state is the problem!”

He spoke up for capitalism, “Do not be intimidated by the political caste or by parasites who live off the state … If you make money, it’s because you offer a better product at a better price, thereby contributing to general well-being. Do not surrender to the advance of the state. The state is not the solution.”

Go, Milei! I wish current American politicians talked that way.

In the West, young people turn socialist. In Argentina, they live under socialist policies. They voted for Milei.

Sixty-nine percent of voters under 25 voted for him. That helped him win by a whopping 3 million votes.

He won promising to reverse “decades of decadence.” He told the Economic Forum, “If measures are adopted that hinder the free functioning of markets, competition, price systems, trade and ownership of private property, the only possible fate is poverty.”

Right.

Poor countries demonstrate that again and again.

The media say Milei will never pass his reforms, and leftists may yet stop him.

But already, “He was able to repeal rent controls, price controls,” says economist Daniel Di Martino in my new video. He points out that Milei already, “Eliminated all restrictions on exports and imports, all with one sign of a pen.”

“He can just do that without Congress?” I ask.

“The president of Argentina has a lot more power than the president of the United States.”

Milei also loosened rules limiting where airlines can fly.

“Now (some) air fares are cheaper than bus fares!” says Di Martino.

He scrapped laws that say, “Buy in Argentina.” I point out that America has “Buy America” rules.

“It only makes poor people poorer because it increases costs!” Di Martino replies, “Why shouldn’t Argentinians be able to buy Brazilian pencils or Chilean grapes?”

“To support Argentina,” I push back.

“Guess what?” Says Di Martino, “Not every country is able to produce everything at the lowest cost. Imagine if you had to produce bananas in America.”

Argentina’s leftist governments tried to control pretty much everything.

“The regulations were such that everything not explicitly legal was illegal,” laughs Di Martino. “Now … everything not illegal is legal.”

One government agency Milei demoted was a “Department for Women, Gender and Diversity.” DiMartino says that reminds him of Venezuela’s Vice Ministry for Supreme Social Happiness. “These agencies exist just so government officials can hire their cronies.”

Cutting government jobs and subsidies for interest groups is risky for vote-seeking politicians. There are often riots in countries when politicians cut subsidies. Sometimes politicians get voted out. Or jailed.

“What’s incredible about Milei,” notes Di Martino, “Is that he was able to win on the promise of cutting subsidies.”

That is remarkable. Why would Argentinians vote for cuts?

“Argentinians are fed up with the status quo,” replies Di Martino.

Milei is an economist. He named his dogs after Milton Friedman, Murray Rothbard and Robert Lucas, all libertarian economists.

I point out that most Americans don’t know who those men were.

“The fact that he’s naming his dogs after these famous economists,” replies Di Martino, “shows that he’s really a nerd. It’s a good thing to have an economics nerd president of a country.”

“What can Americans learn from Argentina?”

“Keep America prosperous. So we never are in the spot of Argentina in the first place. That requires free markets.”

Yes.

Actually, free markets plus rule of law. When people have those things, prosperity happens.

It’s good that once again, a country may try it.


terça-feira, 2 de janeiro de 2024

A oposição ao governo Milei começa a se organizar na Argentina - Raúl Montenegro

 A oposição ao governo Milei começa a se organizar na Argentina

PRA: É uma organização da resistência e da oposição política e constitucional ao novo rei da Argentina, Milei I; a coisa vai piorar muito, antes de eventualmente melhorar.


PRIMER DÍA DEL AÑO 2024

PODRAN CORTAR TODAS LAS FLORES, PERO NO PODRÁN DETENER LA PRIMAVERA.

PODRÁN IMPONER UN DNU 70/2023 Y PRESENTAR UN MEGAPROYECTYO DE LEY, PERO NO PODRÁN TRANSFORMAR NUESTRO PAÍS EN UNA CORPORACIÓN PRIVADA, NI EN UNA MANADA DE OVEJAS. 

Por Prof. Dr. Raúl Montenegro, Biólogo (*) 

Buen día todas y todos, feliz primer día del año nuevo! Ya estamos en el baile humano de 2024. Pocas veces en Argentina, excepto en tiempos de dictadura, hubo tantas amenazas apiladas. Años de luchas, campañas, trabajo parlamentario y debates públicos produjeron la Ley de Tierras, la Ley de Bosques Nativos, la Ley de Glaciares, la Ley de Semillas que excluye su patentamiento, el Código Penal, el Código Civil, y la lista sigue. Hoy este ADN administrativo y legal sufren los embates del DNU 70/2023 y del megaproyecto de Ley de la gestión Milei. Su aberrante colectividad de derogaciones de normas y cambios de redacción, tanto los aprobados por el DNU, como los propuestos en el megaproyecto de ley, recrean una pesadilla dictatorial pero en plena democracia. Pero no se trata de un mal sueño. Es la cruda y dramática realidad. El DNU y el megaproyecto de ley pisotean lo bueno que había en la mayoría de las normas vigentes e instituciones en marcha, pese a que eran perfectibles, y pese también a las malas gestiones presidenciales previas. Dependemos ahora de legisladores que en su mayoría no participaron de la elaboración de esas leyes, y que nunca podrán equiparar la experiencia y trabajo duro de parlamentos, instituciones,  participación ciudadana e historiales de lucha de los últimos 40 años. 

En el colmo de la irresponsabilidad, y de un sospechoso acompañamiento, muchos de esos legisladores -de distintos partidos políticos- anunciaron que "revisarían" los artículos de esa ley, y hasta el DNU (en vigencia desde el 29 de diciembre, y que el mega proyecto de ley, disimulado en uno de sus artículos finales, valida). 

Es una burla parlamentaria inédita y peligrosa  creer que diputados y senadores, en 30 días de sesiones extraordinarias, podrá "mejorar" lo que produjeron, con todos sus errores y aciertos, 40 años de democracia parlamentaria y participativa. 

Argentina no es un conejillo de Indias para que un presidente sin suficiente formación para serlo, y sus ministros,  experimenten con la gente, las instituciones, el ambiente, la salud, la educación, los alquileres y cientos de otros temas vitales. Es inadmisible que la la torpeza sectaria de quienes redactaron esas dos herramientas incluyan, además, cesión de más poderes a la presidencia. 

En un país serio tanto el DNU 70/2023 como la totalidad del megaproyecto de Ley serían rechazados enteramente por inconstitucionales, y por representar un intento pseudodemocrático de totalitarismo. 

Ningún enojo de mayorías, y ningún porcentaje de votos en elecciones generales, otorga derechos para que se destroce el ADN administrativo y legal de un país. 

Resulta ofensivo cómo el DNU en vigencia, y la mega ley en tratamiento,  entregan poder a minorías corporativas y económicas; cómo abren el país a la extranjerización impune de tierras, mares y territorios, y cómo le ponen bandera de remate a sus ecosistemas, organizaciones y trabajadores. Haciéndonos creer, falsamente, que todo esto se hace para que Argentina esté mejor. 

En el colmo del desquicio no se trata solamente del intento por darle legalidad a un experimento descabellado. Sabiendo las tensiones y crisis que enfrenta la sociedad y cada familia ante la incertidumbre, y el salvese quien pueda de la vida cotidiana, la inefable Corte Suprema de Justicia de la Nación, ante urgentes presentaciones cautelares, comunicó, desde su trono con cuatro reyes, que analizarán esas cautelares "en febrero". Fácil para cuatro señores del privilegio supremo descansar en enero, mientras un país se desarma y cruje. Con sus sueldos, estabilidad y privilegios imperiales olvidan que deben trabajar para la sociedad con urgencia y responsabilidad, no con pereza y desprecio por la angustia de la gente. Pareciera que viven en otro país. Una Corte Suprema que  actúa con semejante parcialidad y elitismo debería ser sometida a Juicio Político. 

Si tuviéramos cuatro jueces supremos capaces en lugar de cuatro reyes llenos de soberbia y torpeza, hoy 1 de enero ya deberían estar analizando las cautelares. 

Pero vivimos en una Argentina inédita, con un presidente que llegó al poder con el símbolo de una motosierra, la misma que en toda nuestra América Latina, ultrajada, arrasó con bosques y vida de inocentes. En un país donde la misma persona responsable de habernos endeudado por más de 50 mil millones de dólares (Luis Caputo en la gestión Macri), es hoy Ministro de Economía (gestión Milei). Una Argentina donde la mayoría de los ministros designados para cuidar gallineros públicos son zorros privados. Una Argentina dónde, sin que la mayoría de la sociedad lo sepa, Bayer-Monsanto, Barrick Gold, Elon Musk, ejércitos extranjeros, flotas de pesca de otros países, compradores ansiosos de tierrras con alta biodiversidad, y una larga lista de predatores internacionales, tiene hoy -como su mejor representante- al mismísimo presidente de la Nación. 

Lamento escribir esto el 1 de enero de 2024, pero la realidad que enfrentamos es dramática. Claro que esta situación no tiene como único responsable a Javier Milei. La responsabilidad va también para atrás, hacia cada uno de los presidentes y presidenta anteriores. Pero lo real y dramático es que todos esos mandatarios, e incluso ex dictadores (siendo los dictadores por definición delincuentes y genocidas), nunca presentaron un sistema de derogaciones de leyes y de cambios de redacción tan amplio en los primeros días de gobierno. Peor aún cuando de su lectura surge, claramente, falta de conocimientos, ignorancia supina de temas claves para el ambiente y la sociedad, y una descarada entrega de poder a las corporaciones y sectores financieros. 

Nuestro Jair Bolsonaro local ha logrado batir un record de omnipotencia legislativa digno del Libro Guiness. Gracias a tanta irresponsabilidad no nos convertimos en una Republiqueta Bananera. Fuimos más allá. Nos transformamos en una Republiqueta Legislera. Una nueva, patética y peligrosa categoría. Pero como escribió Pablo Neruda, y podía leerse en los muros del Mayo Francés, "podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera".

Podrán imponer un DNU 70/2023, y presentar un megaproyecto de ley, pero no podrán transformar nuestro país en una corporación privada, ni en una manada de ovejas. 

(*) FUNAM y Campus Córdoba del Colegio de los Premiados con el Nobel Alternativo (Right Livelihood College). Premio Nobel Alternativo 2004 (Estocolmo, Suecia). 

Email: biologomontenegro@gmail.com

sábado, 30 de dezembro de 2023

Síndromes diplomáticas no Cone Sul - Paulo Roberto de Almeida

Síndromes diplomáticas no Cone Sul

 

Paulo Roberto de Almeida, diplomata, professor.

Nota sobre as inclinações ideológicas das diplomacias do Brasil e da Argentina.

 

A política externa do peronismo era em grande medida ideológica. Mas a de Milei é muito mais, excessivamente ideológica, apesar de uma sensata chanceler. 

A diplomacia petista também é tristemente ideológica, ao preferir alianças com ditaduras antiocidentais, nessa miopia da “nova ordem global”, ao ingresso na OCDE, cujos propósitos têm muito mais a ver com a nossa trajetória de desenvolvimento econômico e político: economia de mercado e democracia. 

Quando Brasil e Argentina vão deixar essas errâncias ideológicas de lado e passar a ter diplomacias normalmente pragmáticas e universalistas na política externa? Parece que não é para já. 

O alinhamento de Milei aos EUA e Israel, suas críticas ao “comunismo” chinês, são novamente ridículos, como eram as antigas “relações carnais” com os EUA.

A simpatia de Lula por certas ditaduras na região e fora dela é mais do que ridícula, é totalmente contraproducente para a própria inserção global do Brasil e para sua participação equilibrada na agenda global. A visão de que duas grandes autocracias focadas num projeto antiocidental são aliadas naturais de um mirífico “Sul Global” não é apenas equivocada; é também ridícula e contrária a nossos interesses.

Brasil e Argentina se perdem em pequenas confusões ideológicas, que são puramente retóricas. Até quando?

 

Paulo Roberto de Almeida

Brasília, 4537, 30 dezembro 2023, 1 p.


 

 

terça-feira, 21 de novembro de 2023

O estranho caso do país que resolveu suicidar-se: a Argentina - Ranking dos Políticos, Paulo Roberto de Almeida

 Caso raro na História Econômica Mundial: a Argentina que “decide” empobrecer mediante políticas equivocadas durante várias décadas. 

Mas não foi de todo inédito: a China da última dinastia também “escolheu” alhear-se do mundo e decaiu durante mais de dois séculos: falhou a primeira e a segunda revolução industrial, e na terceira vivia sob o maoísmo demencial. Começou a se recuperar na quarta, sob Deng. 

A Argentina precisa de um Deng. Não tenho certeza de que Milei será um. Provavelmente não…

Source: Ranking dos Políticos.

terça-feira, 7 de novembro de 2023

Por que a Argentina não foi uma Austrália? - Fernando Nogueira da Costa, Pablo Gerchunoff, Pablo Fajgelbaum

Pablo Gerchunoff e Pablo Fajgelbaum:

 ¿Por qué Argentina no fue Australia?

A Argentina não se tornou uma Austrália basicamente por uma diferença nas instituições, não apenas pela mecânica do protecionismo e da oferta de commodities. Uma análise meramente econômica não dá conta da perda de oportunidades da Argentina no século XX. (PRA)

Argentina e Austrália

Imagem: Jan van der Zee

Por FERNANDO NOGUEIRA DA COSTA*

A Terra é Redonda, 6/11/2023

https://aterraeredonda.com.br/argentina-e-australia/?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=novas_publicacoes&utm_term=2023-11-06


Comentário sobre o livro que identifica os fatores que determinaram caminhos diferentes para países que tinham no início características em comum

A Argentina e a Austrália tinham características comuns. Desse modo, permitiam a comparação por historiadores, mas economistas e politicólogos tiveram de identificar os fatores determinantes da bifurcação posterior a 1930.

Um terceiro objeto de comparação – um terceiro país idealizado – é ao qual Pablo Gerchunoff e Pablo Fajgelbaum, no livro ¿Por qué Argentina no fue Australia?, se dedicam à descrição. Buscam extrair do emaranhado enredo da história os elementos presentes (convergentes e divergentes) em ambos os países.

Para fins puramente pedagógicos, apelam à licença para chamar Argentália para este país imaginário. Nessa mistura, ela possui uma variedade de climas, com predominância de temperaturas temperadas.

Na longa história do planeta, é uma nação jovem, pertencente àquele raro grupo conhecido como “regiões de colonização recente”, localizado no hemisfério Sul (Buenos Aires e Sydney estão no paralelo 34) e a grande distância dos centros de poder (Buenos Aires fica a 11.082 quilômetros de Londres e a 8.454 quilômetros de Nova York; Sydney, 16.997 e 15.989, respectivamente). Mas a Austrália está mais próxima da Ásia…

Argentália, desde a sua origem, teve uma pequena população e terras abundantes – em 1896, Argentina e Austrália eram os dois países com menor número de habitantes por quilometro quadrado de terras produtivas. Como consequência desta dotação de fatores de produção, com escassez de trabalhadores, teve salários relativamente elevados em relação à média mundial.

Como produtor de matérias-primas, Argentália viu os dois lados da moeda: durante décadas estabeleceu uma relação privilegiada com a potência dominante, exportando os produtos da terra necessitados pela Inglaterra para facilitar a sua industrialização e importando os insumos, bens de capital e mão de obra da qual necessitava para seu progresso. Contudo, desde a Grande Depressão na nova potência (Estados Unidos), o país sofreu em primeira mão o declínio do comércio de bens primários.

No calor da expansão do mercado interno e da evolução tecnológica dos processos produtivos, surgiram algumas manufaturas dentro de suas fronteiras, principalmente aquelas transformadoras das matérias-primas exportadas. Mas limitada como era pela escassez de mão de obra, Argentália não era um país bem equipado para enfrentar um processo de industrialização sustentado e diversificado.

Enquanto o intercâmbio global continuasse a ser vigoroso e a beneficiar à Argentália, o comércio livre seria conveniente para ambos os países, porque impulsionava o crescimento. Mas o protecionismo passará a ser conveniente para os seus trabalhadores porque, dadas as condições estruturais do país, a proteção econômica aumentará o emprego e os salários reais, e melhorará a distribuição de rendimentos.

O protecionismo melhorará o preço relativo daquilo importado. Considerando, devido à sua dotação original de fatores de produção – abundância de terras e escassez de trabalhadores –, Argentália importar bens relativamente intensivos em mão-de-obra, medidas protecionistas melhorariam o rendimento relativo do trabalho.

As políticas econômicas mais eficazes do ponto de vista do crescimento, por exemplo, comércio livre ou quase livre, determinariam uma distribuição de rendimento favorável os proprietários do fator de produção mais abundante, ou seja, a terra.

Essa lógica específica liga a dotação original de fatores à política econômica, tal como existe uma lógica ligando esta política à dinâmica do crescimento. Este conflito distributivo é característico de Argentália.

Quanto mais agudo for o conflito, mais distributivo será o protecionismo. E quanto mais protecionista for distributivo, mais intensivos em trabalho serão os setores industriais nascidos sob sua proteção, maior será a proporção do emprego total explicada pelas atividades protegidas e maior será a participação dos alimentos e lãs exportadas, componentes da cesta de consumo popular.

Quando o protecionismo distributivo já foi instalado como regime de política econômica, o risco é o stop and go, um termo familiar para argentinos e australianos. Quando se expandem, os setores industriais protegidos exigem importações (insumos e bens de capital) e não fornecem exportações, daí a sua contribuição para as exportações líquidas é baixa e pode até ser negativa.

Se as exportações de matérias-primas crescerem fracamente, haverá desequilíbrios recorrentes no balanço comercial e os governos tentarão corrigir com desvalorizações nominais. Mas, desta forma, os salários reais antes crescentes, devido ao protecionismo distributivo, serão reduzidos.

Enquanto os trabalhadores mantiverem a sua capacidade de resistência, isso resultará em aumento da volatilidade do crescimento e da inflação. Esta só será atenuada se as exportações de matérias-primas forem reavivadas ou os setores industriais começarem a dar uma contribuição positiva para as exportações líquidas.

Na fase de divergência, a Austrália teve um conflito distributivo e um ciclo de stop and go mais moderados diante dos da Argentina. Embora na Argentália o protecionismo seja distributivo, isso não implica as políticas distributivas terem necessariamente origem no protecionismo.

Na Austrália, assim como na Argentina, isto é, na Argentália, se existirem políticas distributivas não emergentes do protecionismo, o protecionismo será necessário para sustentá-las. Enfrenta, portanto, um conflito distributivo e um ciclo de stop and go, derivados da sua própria arquitetura econômica, moldada em grande parte pela natureza e pela geografia – e sobre ela a política tem influência: para o mal, para o bem.

Cada um desses dois países é uma versão de Argentália, mas em algo eles diferem desse mix e em algo eles diferem um do outro.

Historiadores e economistas australianos concentraram-se no declínio da Austrália em relação aos países mais desenvolvidos do planeta. Em 1900, o país tinha o maior rendimento por habitante do mundo. Em 1950, caiu para o terceiro lugar. Em 1970, era o oitavo e na década de 1990 já não estava entre os vinte primeiros.

Exceto em períodos esporádicos, durante o século XX, o produto per capita dos dois países cresceu mais lentamente diante o do painel das nações desenvolvidas. Na Austrália, a relação começa nos 170%, quando os seus poucos habitantes eram “os mais ricos do mundo”, em renda per capita, e termina nos 90%. A Argentina começa com 75%, mas no fim da série o seu produto relativo por habitante é de 35%. Só.

Mesmo depois da grave crise económica do início do século XXI, a Argentina continuou a ter uma economia de rendimento médio. De um total de 179 países, segundo dados do FMI, em 2016, a Argentina ocupava a 61ª posição no ranking de renda per capita.

Embora longe dos padrões de vida da Europa Ocidental ou dos Estados Unidos, o rendimento por habitante argentino de 20.000 dólares (em PPC de 2016) era muito superior ao de quase todos os países africanos, e superior ao dos não-petroleiros do Médio Oriente, do Leste Europeu e as nações do Sul da Ásia.

Em 2021, com US$ 9.997 e em 66º lugar, Argentina já não era o país mais rico da América do Sul como foi durante a maior parte do século XX. Ficou abaixo do Uruguai (49º. US$ 17.029), Chile (53º. US$ 15.399) e Brasil (63º. US$ 11.136). O seu rendimento per capita era consideravelmente inferior ao de Portugal (37º. US$ 23.030) – o país mais pobre da Europa Ocidental – e ao das economias mais ricas da Europa Oriental.

Alerto: não se deve comparar renda per capita sem apresentar a população de cada país. Quaisquer commodities com alta cotação de mercado, dada por fatores exógenos ao país exportador de pequena população, pode lhe propiciar elevada renda per capita – sem ser ela bem distribuída.

Em 2008, dos quase 7,2 bilhões de habitantes do planeta, aproximadamente 5,8 bilhões viviam em países com rendimentos inferiores a US$ 18 mil, e quase um bilhão em países com rendimentos superiores a US$ 34 mil, considerados ricos. Em 2021, os países de renda média do mundo – 30 na faixa de renda per capita entre US$ 11.355 (média mundial) e US$ 27.871 (31º.) – eram poucos com população superior a 10 milhões.

Há cinco grandes grupos principais de commodities: petróleo, mineração, celulose, proteína animal e agrícolas. Em geral, as mais lucrativas, devido à demanda global e à volatilidade de preços, são na ordem: petróleo, minério de ferro, ouro, prata, cobre, café, soja, gás natural, milho. Falta ainda o gasoduto para conectar vaca muerta até o Brasil…

Conectaria essa região com grandes reservas de gás não convencional por 467 km a outro gasoduto já existente por meio de financiamento com o BNDES. Além disso, a Argentina possui 21% das reservas mundiais de lítio (a 3ª. maior do mundo) e é a 4ª. maior produtora mundial do mineral, “o petróleo branco”…

*Fernando Nogueira da Costa é professor titular do Instituto de Economia da Unicamp. Autor, entre outros livros, de Brasil dos bancos (EDUSP). [https://amzn.to/3r9xVNh]

Referência


Pablo Gerchunoff e Pablo Fajgelbaum. ¿Por qué Argentina no fue Australia? México, Siglo XXI Editores, 2019, 108 págs. [https://amzn.to/49m6pgV]